Proyecto Malecón
La Habana _ 2004

Proyecto Malecón
La Habana _ 2004

El Malecón es un símbolo de La Habana. Las edificaciones que bordean ese litoral no destacan especialmente por la expresividad de sus fachadas, su monumentalidad o sus valores históricos. Sin embargo, constituyen uno de los segmentos urbanos más sólidos y compactos de la ciudad.

Esa continuidad se ha visto afectada en los últimos años por el desplome de algunos edificios, que no han podido resistir los embates de la naturaleza y el tiempo. Hacia esos vacíos, ocupados por construcciones provisionales para la venta de alimentos ligeros, dirigió Proyecto Espacios su mirada.

La recuperación del Malecón es un empeño que requiere de una inversión colosal, pero este proyecto fue concebido como una acción a corto plazo.

Por eso propone la construcción de una arquitectura efímera que de manera inmediata complete el perfil edificado, aporte espacios de uso público que colaboren a la autosustentabilidad de las construcciones definitivas y ofrezca una imagen renovada de una zona importante de la ciudad.

Para una acción de arte público de esta envergadura, Proyecto Espacios invitó a colaborar al grupo Los Carpinteros. Tomando como punto de partida su obra «Ciudad transportable», exhibida durante la VII Bienal de La Habana, les propuso convertir el concepto de aquella instalación en edificios.

El resultado de este trabajo colectivo son cinco estructuras de lona y metal capaces de albergar igual número de funciones a lo largo del fragmento de Malecón comprendido entre el Paseo del Prado y Belascoaín.

Cafetería El Sueño

La instalación «Todos quisieron volar», de Esterio Segura, presentada durante la VIII Bienal de Artes Plásticas de La Habana, tiene como trasfondo comercial el problema migratorio y la hibridez. Fue esa  pieza la que inspiró este proyecto.

Esterio Segura ha sostenido un discurso artístico de gran originalidad. Escultor e instalacionista, es también poseedor de un dibujo perfecto y ha utilizado como forma de expresión la fotografía con igual destreza. Toda su obra es un comentario social y cultural de la actualidad, donde la poética conceptual y el sentido crítico se trasmite al espectador por medio de un humorismo muy cubano, pero con suficiente talento para traspasar los marcos de lo nacional. Viajar, trasladarse, en busca de conocimientos, experiencias o mejores oportunidades, es una realidad de la sociedad contemporánea que en el contexto cubano adquiere un matiz particularmente radical, excepcional, casi dramático. 

La cafetería «El Sueño» es un espacio para el encuentro, la reflexión. Una invitación a la comunicación, al viaje, a la transgresión de los límites existentes entre el deseo y la objetividad, entre el sueño y la realidad.

El interior de un avión, o de la sala de espera de un aeropuerto, es la experiencia reproducida a escala urbana por Proyecto Espacios. 

Sobre un piso de hormigón con un tratamiento de señalización similar al de las pistas de aterrizaje, se distribuyen varios tipos de muebles, unos relacionados con el viaje aéreo y otros híbridos, construidos a partir de piezas de bicicleta, el medio por excelencia de viaje de un cubano común, que hacen alusión a su inventiva, humor y capacidad de transformación.

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Heladería La Algarabía

Un programa informal como es el de una heladería y dulcería reclamaba la festividad de la obra de Alfredo Sosabravo. Reconocido como pintor, ceramista, grabador y dibujante, su línea pictórica es definida, reconocible, está llena de fuerza, alegría, color y expresividad. Detallista y fantasioso, ha dado relevancia a los textos, los signos y elementos gráficos, que incorpora en muchas de sus obras con una visible influencia del pop.

Proyecto Espacios traduce al lenguaje arquitectónico toda la vitalidad, dinamismo y entusiasmo que transmite la obra de Sosabravo y diseña un espacio divertido, lleno de sorpresas, imaginación y poesía. De todas las propuestas de intervención de Proyecto Espacios es «La Algarabía» el único que ocupa dos parcelas, separadas por una calle. Varios cuerpos de edificios virtuales se encargan de conformar planimétrica y altimétricamente, la volumetría necesaria para completar el perfil de Malecón a la altura de la calle Campanario. Aunque no se interrumpe el tráfico vehicular, hay un efecto de llamada, de continuidad, en el elemento horizontal que conecta ambas sendas.

La solución en planta recurre a la figuración geométrica. Una serie de círculos dispuestos de manera equilibrada agrupan las diferentes funciones y se conectan a través del collage como auténticas costuras en el pavimento, clara referencia de Proyecto Espacios a la obra de Sosabravo.

«La Algarabía» no tiene interior, las escalas se confunden. Enormes pantallas miradores, que simulan perfiles arquitectónicos, van dejando su huella en el pavimento y en los volúmenes que emergen de él para conformar las zonas de mesas y asientos.

La distribución es ingeniosa y divertida. El color, la mezcla equilibrada de texturas, la multiplicidad de sensaciones espaciales, la diversidad sorprendente de sus muebles, la fantasía y el desenfado, son la carta de presentación del proyecto.

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Restaurante El Desconcierto

El encuentro entre las calles Gervasio y Malecón está ocupado hoy por una construcción provisional para la venta de alimentos ligeros que usurpa, conceptual y físicamente, una importante parcela del tejido urbano. Proyecto Espacios no cuestiona su carácter transitorio, sino su escala y su significado, su urgencia y orfandad, y propone otra obra, de arquitectura efímera, pero de escala monumental, un inmenso contenedor de su particular interpretación arquitectónica de la obra de Arturo Montoto.

Montoto es pintor, fotógrafo, dibujante, ha incursionado en el grabado, la escultura, las instalaciones y el mural. Su temática fundamental es la de las frutas, vegetales y objetos diversos, insertadas en fragmentos de espacios arquitectónicos. En su pintura da gran importancia a la luz. Es un perfeccionista, exquisito en la factura, en la composición, en la elección de los objetos que va a retratar.

Todo ello envuelto en un espíritu de misterio, de inquietud, producido por los efectos del claroscuro y la extraña relación entre los objetos seleccionados. Se proyecta de una forma muy conceptualista pero, al mismo tiempo, como un total hedonista. Sus pinturas son un ejercicio conceptual que obliga a una reflexión sobre la trascendencia de las cosas y de la vida, y sobre el transcurrir del tiempo.

La solución de Proyecto Espacios apela a la seducción visual, la evocación del silencio, la teatralidad y la desmesura sensitiva. Es precisamente el desconcierto que produce la pintura de Montoto lo que atrapa la atención de Proyecto Espacios, en particular, la presencia de objetos fuera de contexto que interrumpen lo que pudiera ser una lectura conservadora, lineal. Del mismo modo, en este proyecto la estructura clásica de la cubierta se deposita sobre una planta que «no encaja», forzando un encuentro inesperado entre el volumen y el plano, que genera un aparente «no lugar».

El interior se desarrolla en dos niveles. Una especie de escenarios arquitectónicos, fabricados con toda la rudeza del hormigón a vista se completan teatralmente con una serie de muebles que son interpretaciones de frutas y vegetales tropicales. De lo que se trata es de inquietar al usuario, tal y como si contemplara un lienzo de Montoto.

El desplazamiento de la estructura, la distribución geométrica de las mesas -al mismo tiempo ordenada y laberíntica-, la contradicción entre la fragilidad del vidrio en lámparas de mesa y «guardavecinos» y la solidez de la piedra en la que se sustentan, la elección del lugar para sentarse en ambientes aparentemente iguales pero en realidad diferentes, en posición protagónica o no, son detonantes de una actitud inconscientemente activa, decisiva, personalizada, dentro de un contexto público.

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Bar de tapas Lava día

Ubicado inicialmente en la esquina de Malecón y Lealtad, «Lava Día» se emplazó definitivamente en Malecón entre Campanario y Manrique, una parcela medianera a disposición de la Oficina del Historiador de la Ciudad, patrocinadora del proyecto. Fueron necesarios algunos ajustes en cuanto a distribución y longitud de fachada, aunque Proyecto Espacios mantuvo el espíritu de la primera versión presentada en la II Bienal de Arquitectura de La Habana.

La solución arquitectónica se inspira en la obra de Ángel Ramírez, grabador, pintor, dibujante, escultor, constructor de objetos e instalaciones. Su obra está impregnada de un carácter lúdico que fustiga la realidad y llama la atención sobre los valores universales del hombre y la realidad cubana contemporánea. Hay también precisión en la línea, dibujo fino y rasgos de marcado expresionismo, lenguaje que se fusiona con las interpretaciones de la iconografía medieval, románica y gótica.

Su arte es culto y crítico, a la vez que hedonista. Busca la belleza y la expresa a través del color y las terminaciones artesanales y detallistas, que recalcan la unicidad de las pinturas, esculturas e instalaciones, pero también es de esencia social y espíritu irreverente. Una obra, en fin, paródica y laboriosa, que inspiró un ambiente sugestivo, irónico, satírico, ecléctico, y de asumida contemporaneidad.

La propuesta original de Proyecto Espacios estaba conformada por cuatro arcos ojivales, reducidos a tres en la nueva ubicación, que albergan un comedor de aire monacal con un suelo de cemento pulido. Los muebles, una especie de confesionarios, se abren y cierran según las necesidades del cliente, creando una falsa ilusión de privacidad. Algunos de ellos incluso se mueven mediante ruedas, tal y como ocurre con los juguetes infantiles de origen popular, recreando con éxito la ironía y la sorpresa que rezuma la obra de Ángel Ramírez.

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Restaurante Mar Adentro

La exhibición en el Museo de Bellas Artes de un conjunto de instalaciones y esculturas pertenecientes a la muestra «Un poco de mí», de Roberto Fabelo, y en especial la pieza «Mar interior», atrajo poderosamente la atención de Proyecto Espacios, que ya acariciaba la idea de intervenir con sus edificios efímeros la franja de litoral comprendida entre las calles Prado y Belascoaín.

Fabelo posee una muy particular visión de la belleza. Sus piezas atrapan por la sorprendente mezcla de lo real y lo surreal, el carácter expresionista de su representación y su capacidad de síntesis y comunicación. Proyecto Espacios decidió incorporar al proyecto el sustrato de la obra de Fabelo y centrar su atención sobre la multiplicidad de funciones, sensaciones y usos del Malecón instalados en la memoria histórica de la ciudad. 

El Malecón es, posiblemente, el espacio público con mayor poder de convocatoria de la ciudad. Cada noche sus muros, que son la frontera entre la tierra y el mar, acogen a cientos de habaneros.

El área pública de «Mar Adentro» está contenida entre fragmentos de esos muros que, ya sea como mesa, como barra o como banco, son los que limitan y organizan el espacio, proclamando con orgullo su pertenencia a esa y no a otra zona de la ciudad. La cubierta es una caracola monumental cuya imagen está entre lo instalativo y lo arquitectónico, integrándose por contraste al entorno intervenido. En contraposición con la ligereza de la cubierta de lona y metal, el interior es sólido, macizo, fuertemente anclado al terreno. Los pavimentos, barras, mesas y bancos de hormigón conviven con muebles de hierro fundido inspirados en objetos que pertenecen al imaginario de Fabelo: cazuelas, palanganas, cubiertos de gran tamaño, a los que el equipo de diseño ha subvertido no sólo su uso sino su significado.

En este caso, la propuesta presentada por Proyecto Espacios fue acogida con entusiasmo por la Oficina del Historiador de la Ciudad, que ejecutó «Lava Día», renombrado como «La Abadía», el único de esta serie construido hasta hoy.

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Ficha técnica

Proyecto Malecón
Año de terminación: 2004
Tipo de obra: Urbanismo
Ubicación: Malecón entre Paseo del Prado y Belascoaín. La Habana, Cuba

El Sueño
Ubicación: Malecón esquina Belascoaín, La Habana, Cuba
Programa: Cafetería de comida rápida. 150 comensales
Uso inicial: Parcela vacía
Estado del proyecto: Idea Conceptual

La Algarabía
Ubicación: Malecón esquina a Campanario, La Habana, Cuba
Programa: Heladería y dulcería. 180 comensales
Uso inicial: Parcela vacía
Estado del proyecto: Idea Conceptual

El Desconcierto
Ubicación: Malecón esquina Gervasio, La Habana, Cuba
Programa: Restaurante vegetariano. 120 comensales
Uso inicial: Construcción provisional para la venta de alimentos ligeros
Estado del proyecto: Idea conceptual

Lava Día
Ubicación: Malecón entre Campanario y Manrique.
Programa: Bar de tapas. 60 comensales
Uso inicial: Parcela vacía
Uso actual: Bar de tapas «La Abadía»
Propietario: Habaguanex
Estado del proyecto: Ejecutado por la Oficina del Historiador de La Habana.

Mar Adentro
Ubicación: Malecón entre Campanario y Manrique, La Habana, Cuba
Programa: Restaurante de pescados y mariscos. 100 comensales
Uso inicial: Parcela vacía
Estado del proyecto: Ejecutado