La rehabilitación urbana de esta zona rescata el encuentro de la calle Línea con el Río Almendares.

Se potencia el carácter residencial de la zona recuperando lotes con edificios de plantas bajas libres, ideales para servicios socioculturales y equipamientos funcionales. La intención es de continuidad y no de ruptura con el carácter industrial más contemporáneo, efecto que se subraya con el empleo de estructuras de grandes luces y techos a diente de sierra y la refuncionalización de naves, ubicadas sobre la ribera del río.

La incorporación de la calle 26 al borde fluvial, recrea un paseo para actividades de pesca, comercio y recreación al tiempo que favorece la integración con el Parque Metropolitano.