La simplificación de las formas es el eje de la propuesta que fusiona la farmacia de barrio y la novedosa introducción de un laboratorio homeopático de uso público en la Calle Línea del Vedado.
La forma sencilla y depurada del mobiliario, los colores neutros, la amplia entrada de luz propiciada por el uso de cristaleras en ambas fachadas, confieren al espacio un carácter sobrio y natural. Se añade un matiz tradicional en la combinación de hormigón y enchape de maderas cubanas, recuperadas a través del reciclaje. Equilibrio entre ascetismo y calidez. Murales decorativos que evocan antiguos herbolarios, jardineras con arbustivas y plantas medicinales completan la propuesta.