El Vedado, esa zona tan caracterizada de la capital, está hecha de tiempo, de un tiempo que se resiste a la miseria del olvido. Un nuevo libro, El Vedado. Tradición y modernidad en la arquitectura habanera, gestado a cuatro manos entre la arquitecta y profesora Dra. Madeline Menéndez y el fotógrafo Néstor Martí, fue presentado recientemente en la sede de la UNEAC.
Con anterioridad, otros volúmenes y documentales habían salido a la luz sobre esta zona habanera que atesora una parte de El Malecón y el famoso paseo de La Rampa. Cruzado de este a oeste y de norte a sur por amplias calles y avenidas, y dotado de espléndidos parques, es considerado “uno de los barrios mejor diseñados del mundo”, según sentenciosa frase de la arquitecta Patricia Rodríguez, autora del prólogo. Pero este quedará como un libro decisivo sobre El Vedado, pues, aunque la simple revisión de la bibliografía que posee al final, nos habla de casi un centenar de otros títulos que de alguna forma han abordado en sus páginas al célebre barrio, no cabe duda alguna que este se convertirá en un clásico referencial.
La estructura del volumen, de formato libro de arte, tapa dura, sobrecubierta e ilustraciones a todo color, y 321 páginas, nos conduce por un análisis de sus casas residenciales menos estudiadas con anterioridad, y siempre desde la perspectiva de subrayar que El Vedado exhibe y mantiene los paradigmas de la cultura urbana habanera atravesadas desde lo tradicional hasta lo más moderno en una panorámica histórica que sorprende por su representatividad.
El estudio de la Dra. Menéndez es profundo y pone en evidencia sus conocimientos acerca del tema. Ella imparte clases en el Colegio Universitario de San Gerónimo de La Habana como profesora titular y ha recibido numerosos reconocimientos por sus investigaciones sobre el urbanismo de distintas zonas de la capital. Resalta en su introducción que el libro abre puertas y ventanas a nuevas investigaciones, por lo que no se plantea el agotamiento de su objeto de estudio.
El coautor, por ser el responsable de las fotografías que embellecen e ilustran el volumen, es el reconocido artista Néstor Martí Delgado, licenciado en Historia del Arte y fotógrafo de la Oficina del Historiador de La Habana desde hace unas dos décadas. Es autor de varios libros de fotografía contentivos de su obra artística personal y dueño de un extenso currículo de exposiciones personales en los eventos del arte cubano y en otras latitudes. Las imágenes que comprende el libro denotan la pericia y destreza de un experto artista del lente.
El Vedado comenzó su urbanización al mismo tiempo que empezó la demolición de las murallas que cercaban la antigua ciudad de intramuros, y la parcelación de El Carmelo fue el núcleo original de la urbanización actual. A partir de ahí y por partes, gradualmente y en el tiempo, se fue extendiendo lo que hoy se considera como El Vedado, una zona capitalina cuyo valor histórico fue reconocido por la Comisión Nacional de Monumentos en 1999.
El libro recoge casas residenciales, sus frontis, portales, terrazas, interiores, pasillos, zaguanes, muros medianeros, sótanos, patios interiores y exteriores, jardines, columnas y columnatas, galerías, techos, rejas, barandales, carpintería de puertas, medios puntos, vitrales, guardavecinos, mapas, planos y plantas de pisos. Va recorriendo cronológicamente el análisis de la arquitectura que fue definiendo a El Vedado como lo que llegó a ser hace mucho tiempo y hoy es, un lugar con una personalidad propia, albergue de los más disímiles estilos arquitectónicos y digno de los más exigentes estudios, como este.
A su vez, los testimonios recogidos y citados y la mención de algunos de los residentes de varias de estas casas y residencias entremezclan lo arquitectónico y urbanístico con hechos históricos y sociales, y de la cultura, que marcaron hitos en el devenir de la ciudad y, en ocasiones, del país. El libro no recoge algunas residencias y edificaciones que ya han sido estudiadas en otros volúmenes, y ponen la atención en las menos referenciadas por los investigadores, aunque aparecen casonas que exhiben las características más típicas y representativas del barrio.
La combinación de fotografías antiguas en blanco y negro con las imágenes tomadas por Néstor Martí, dan la dimensión exacta del cambio de épocas y nos hablan también de su evolución y situación en el presente. Es considerable el número de estas edificaciones que han resistido la erosión del tiempo y la falta de las debidas restauraciones, ausentes como se conoce por muchos años y contra la que sus inquilinos han tenido que batallar para preservarlas.
Uno de los capítulos del libro recoge las transformaciones más notables ocurridas en la infraestructura urbana durante la primera mitad del pasado siglo y la aplicación de avances tecnológicos que fueron asumidos en muchas de estas residencias y edificaciones habitadas por personas pudientes de clase media y alta de la burguesía habanera. Así se ampliaron casas bajas, se crearon garajes, se adaptaron espacios o se crearon para la servidumbre, se reubicaron servicios sanitarios y se produjeron transformaciones en los servicios de cubiertas y entrepisos. Eran las adaptaciones naturales de los tiempos que corrían y a las que los residentes no podían resistirse a asumir. En todo el libro hay un soporte teórico suministrado por la Dra. Menéndez que contribuye en mucho a la comprensión del proceso de evolución de la urbanística y arquitectura de El Vedado.
El capítulo titulado “El desafío” aborda la situación actual del barrio y su dinámica presente, hace un llamado a las instancias rectoras e instituciones responsables para atender la preservación del patrimonio y actúen con la energía correspondiente. Es una parte importante del libro, el que no se queda en la narración de la historia y hunde sus mensajes en la situación actual del país. Un índice geográfico y la bibliografía ya comentada cierran el contenido valiosísimo del volumen. De una prestancia significativa, hay que agradecer a Ediciones Boloña la gestión editorial del libro.
Esta investigación, que he recibido como un atento lector y no como especialista, que no lo soy, plantea un antes y un después en el examen de El Vedado, de sus valores patrimoniales e históricos, tal es su importancia y el rigor con que sus autores han trabajado su objeto de estudio.
Texto: Rafael Acosta de Arriba
Publicado originalmente en el periódico Cubarte