“El diseño de las rejas ilustradas como todo proceso en nuestro grupo de trabajo transita por una etapa de conceptualización, estudio y búsqueda de referencias”, explica el diseñador Juan Carlos Polo, creador de los diseños a partir de los cuales Proyecto Espacios ha producido, para varios emplazamientos, las rejas ilustradas, un producto que ya se ha convertido en una especie de sello creativo del grupo.
“Luego vamos al software y se empiezan a diseñar, como elementos aislados, los personajes, los íconos”, agrega. “La línea que conforma la ilustración debe responder a las dimensiones reales del material que se va a usar en su fabricación”.
Polo advierte que una de las claves es conseguir que el dibujo sea continuo y que todas las líneas tengan punto de encuentro para que al llevar el diseño a la tercera dimensión no se desplome la composición.
Proyecto Espacios ha intervenido con este tipo de soporte en varios sitios como el Café Habana, en La Habana Vieja o en el Centro Cultural Enguayabera de Alamar. Pero, por su magnitud, el ejemplo más destacado de este trabajo se ubica en la Estación Cultural de la Calle Línea.
“Es una gran reja dividida en más de 30 grandes vanos de más de 3 metros de altura por casi 2 metros de ancho y que bordean tres cuadras del edificio. Y no se repite ningún elemento”.
En este caso “cada una de las rejas componen un conjunto que referencia la cultura cubana y la cultura universal”, explica el diseñador gráfico.
“Son unas grandes rejas que tienen la función de proteger, de ser barrera entre el interior y el exterior del espacio, pero además tiene una función decorativa para un edificio industrial que ahora tiene un carácter más cultural.”
Las rejas ilustradas se convierten así en elementos casi escultóricos que dotan de valor agregado a los espacios donde se ubican. Este tipo de rejas, desde las cuales se pueden contar historias, apelan a la atención de los buenos observadores, para descubrir formas y sentidos.